El autor de este cuadro es Gustav Klimt (1867-1918) Pintor austriaco. Fue la figura más representativa del modernismo pictórico (Jugendstil) en el mundo de habla alemana. Se formó en la escuela de artes aplicadas de su ciudad natal y triunfó como autor de grandes pinturas decorativas en un estilo de corte academicista, del que constituyen un buen exponente las pinturas de la escalera del Museo de Historia del Arte de Viena.
Fue un pintor simbolista y uno de los miembros más destacados del movimiento modernista Art Nouveau. Su estilo rompió con el ideal académico y se caracterizó por el empleo de un intenso colorido, el uso frecuente de fondos dorados y la utilización de ornamentos florales en sus cuadros.
En 1897, su interés por el arte de vanguardia lo llevó a abandonar la Asociación de Artistas Vieneses y a fundar, con algunos amigos, la famosa Secesión Vienesa, de la que fue el primer presidente y máximo exponente. Las pinturas murales alegóricas para la Universidad de Viena, en las que se advierte ya un evidente cambio de estilo, suscitaron duras críticas, por lo que el artista abandonó el encargo antes de finalizarlo (las que había concluido las destruyó un incendio en 1945).
Como consecuencia de este episodio, ya no volvió a recibir encargos oficiales, pese a lo cual realizó gran cantidad de telas, en primer lugar paisajes plasmados con una concepción muy peculiar de la perspectiva y en los que predominan las tonalidades verdes, y después, sobre todo, figuras femeninas, que constituyen lo más conocido y valorado de su producción.
En 1909 visita París, interesándose especialmente por la obra de Toulouse-Lautrec y de los fauvistas, encabezados por Matisse. También le llaman la atención los trabajos de Van Gogh, Gauguin y Munch. A su regreso a Viena se produce un importante cambio en su pintura ya que finaliza la época dorada y empieza la etapa identificada como caleidoscópica, en la que el decorativismo y la diversidad de colores se adueñan de sus telas.
Klimt es un pintor verdaderamente personal y sus obras fácilmente reconocibles. Casi siempre vemos en sus cuadros bellas escenas de carácter sensual y erótico, donde las mujeres suelen ser las protagonistas, rodeadas de flores, dorados y tejidos de colores tratados con finura, elegancia y buen gusto. También pintó bellos paisajes con jardines y flores.
A continuación nos centraremos en la obra que vamos a analizar de este autor, la cual recibe el nombre de "Retrato de Adele Bloch-Bauer II", fue pintada en 1912, y la técnica utilizada es óleo sobre lienzo, este cuadro lo podemos localizar en Österreichische Galerie (Viena, Austria), y sus dimensiones son de 50 cm de ancho y 100 cm de alto.
Esta era la segunda vez que este autor pintaba a Adele Bloch-Bauer, ésta sintió tanta admiración por el arte de Klimt que no dudó en posar una segunda vez para el pintor y se convirtió en la única modelo pintada en dos ocasiones por Klimt.